Un estudio realizado por investigadores del Hospital San Miguel, sobre las pruebas para la detección del VIH, dice que los jóvenes prefieren aceptar y recibir los resultados con mayor frecuencia, cuando se les ofrece un rápido pinchazo en el dedo o una prueba de saliva, en lugar de los exámenes de sangre tradicionales.
Más del cincuenta por ciento de los jóvenes que participaron en catorce estudios norteamericanos preferían las pruebas rápidas de VIH en el punto de atención, ya que son menos invasivas y proporcionan resultados más rápidos.
Dichas pruebas, efectuadas en el punto de atención, arrojan los resultados en cuestión de minutos. Por otro lado, la prueba tradicional requiere un examen de sangre que se envía a un laboratorio para su análisis posterior.
Por desgracia, muchos jóvenes de alto riesgo son transitorios o no tienen hogar y no vuelven por un seguimiento, por lo que tener la prueba rápida, significaría que estas personas podrán conocer su situación dentro de la misma visita.
Múltiples estudios también han encontrado que los jóvenes que eligieron la opción rápida, eran más propensos a recibir los resultados en el periodo de seguimiento (noventa y uno por ciento), en comparación con aquellos que optaron por las pruebas tradicionales, con cuarenta y seis por ciento.
En Canadá, los jóvenes entre las edades de quince y veintinueve años, representan el veintiséis por ciento de todos los informes positivos de las pruebas de VIH. Por otro lado, ochenta y tres por ciento de los adolescentes en Toronto, informó que nunca han visitado a un proveedor de atención de salud por cualquier motivo relacionado con la salud sexual.
Es importante señalar que la prueba rápida del VIH sólo se ofrece en cincuenta localidades de las clínicas comunitarias en Ontario, a pesar de los resultados positivos y los beneficios potenciales.
