No se sabe cuáles son las causas exactas del trastorno afectivo estacional o depresión de invierno, pero las investigaciones anteriores han sugerido que ya que la condición se produce durante el cambio de estaciones, los cambios en la luz pueden desencadenar el trastorno.
Cuando la luz llega a la retina en la parte posterior del ojo, se envían mensajes al hipotálamo -la parte del cerebro responsable del sueño, el apetito, el deseo sexual, la temperatura, el estado de ánimo y la actividad.
Si no hay suficiente luz, estas funciones pueden reducir o detener su velocidad gradualmente.
Algunas personas parecen necesitar mucha más luz que otras para que su cuerpo funcione con normalidad, por lo que son más propensos a desarrollar síntomas del trastorno afectivo estacional cuando hay bajos niveles de iluminación.
Se cree que los niveles de serotonina -un neurotransmisor en el cerebro- también pueden desempeñar un papel en la causa de este trastorno. Se ha encontrado que las personas que sufren de depresión, presentan bajos niveles de serotonina, especialmente durante los meses de invierno. Esto sugiere que las personas con trastorno afectivo estacional pueden tener una deficiencia en el sistema del cerebro que libera y absorbe la serotonina.
La investigación también ha encontrado que las personas con trastorno afectivo estacional, producen niveles más altos de la hormona melatonina en invierno, en comparación con las personas que no tienen esta condición. La glándula pineal en el cerebro produce melatonina cuando estamos expuestos a la obscuridad, lo que hace que podamos dormir. Cuando hay luz, la producción de melatonina se detiene, haciendo que despertemos.
No obstante, muchos ensayos han demostrado que incluso después de que los niveles de melatonina han vuelto a la normalidad, la mayoría de las personas continúan sufriendo los síntomas depresivos del trastorno afectivo estacional.
Algunos especialistas creen que el trastorno afectivo estacional podría ser causado por una interrupción en el reloj biológico, que no es capaz de establecer el ritmo circadiano del cuerpo para las horas de luz, provocando cansancio y síntomas depresivos. Otros informes han dicho que el trastorno afectivo estacional podría accionarse por acontecimientos traumáticos de la vida, la enfermedad física, un cambio en la dieta, la medicación o el uso y/o abstinencia de drogas o alcohol.
