Ante una creciente epidemia de obesidad infantil, los hospitales pediátricos deberían ser los primeros en convertirse en un modelo a seguir para llevar una alimentación saludable. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por la Universidad de California, muestra que en los hospitales de ese estado, sólo el siete por ciento de los sitios analizados fueron clasificados como saludables.
Una evaluación de la comida en doce de los principales hospitales para niños, reveló que estos sitios se quedaron cortos en sus ofertas y las prácticas de alimentación saludable.
Los profesionales médicos deben entender la conexión entre la alimentación sana y una buena salud. Y sus hospitales deben ser modelos a seguir en este sentido. Por desgracia, la presente investigación demostró que muchos centros de salud, no diferían mucho de los restaurantes de comida rápida.
Para clasificar la comida que se ofrece en las cafeterías de los hospitales, los investigadores desarrollaron una escala que considera varios factores, incluyendo el precio, la disponibilidad de los vehículos, el etiquetado nutricional, las promociones y las bebidas.
De una gama de cero como la ‘menos saludable’ hasta treinta y siete como la ‘más saludable’, la puntuación global media de los catorce hospitales locales fue de diecinueve. Sólo el siete por ciento de un total de trescientos cincuenta y nueve platillos servidos en los hospitales, fueron clasificados como sanos. Y aunque casi todos los hospitales ofrecen alternativas saludables como frutas, menos de un tercio de las opciones contenía información nutricional en el punto de venta.
Los investigadores presentaron sus conclusiones a los administradores de los hospitales para fomentar la mejora, ya que nadie había documentado los niveles de alimentos saludables que se ofrecen en estos hospitales. Las propuestas incluían bajar los precios de las ensaladas, eliminar los alimentos fritos y aumentar el precio de las bebidas azucaradas o suprimirlas por completo de sus cafeterías.
