Parece que se han terminado las excusas cuando hablamos de ejercicio. Un nuevo estudio sobre la actividad física que involucró a más de medio millón de participantes, todo mayores de cuarenta años, reveló que el ejercicio moderado aumenta la esperanza de vida, independientemente del peso que uno tenga.
Así es, no importa el tipo de obesidad que uno tenga o si su índice de masa corporal (IMC) es normal, el ejercicio lo ayudará a vivir durante más tiempo. Independientemente de la gran atención que ha tenido el problema de la obesidad en la población mundial y los riesgos que representa para la salud, el estudio encontró que un estilo de vida activa, aumenta mucho más la esperanza de vida que el tratar de mantener un bajo nivel de IMC.
De hecho, los participantes con obesidad clase 1 que estuvieron activos, vivieron un promedio de tres punto un años más que los que no participaron en actividades físicas y tenían un peso normal. El estudio también demostró que basta con eliminar el sedentarismo al menos tres horas al día, para mejorar nuestra longevidad en al menos dos años.
El estudio fue publicado en Biblioteca Pública de la Ciencia, e incluyó datos agrupados de los seis estudios realizados en los Estados Unidos y en Suecia. El total de participantes fue de seiscientos cincuenta mil personas, entre los veintiuno y noventa años de edad; aunque los investigadores se centraron en las personas con más de cuarenta. Los datos de los participantes incluían información de la dieta y el estado de salud de cada uno.
Basados en sus resultados, bastaría con que una persona camine alrededor de setenta y cinco minutos a la semana -como mínimo- para aumentar su longevidad. Ahora bien, estos son promedios estadísticos, de los que aún vale la pena considerar muchos otros factores, no obstante, el factor indiscutible para obtener beneficios en la salud es el ejercicio.
