Cuando hablamos de una rutina diaria de ejercicio regular, muchas personas se visualizan de inmediato sudando en un gimnasio lleno de aparatos costosos que no pueden pagar. Sin embargo, la mayoría de la gente se olvida que no es necesario incorporar ejercicio artificial a sus vidas usando una máquina.
El ejercicio viene de forma gratuita, ya está integrado en nuestra vida cotidiana. Desde la gente que debe escalar montañas, caminar por una colina o trabajar la tierra, el uso de su cuerpo es imprescindible a medida que realiza sus actividades diarias. Y la actividad física no tiene por qué ser de alta intensidad, uno puede correr tan rápido como pueda o llevar a cabo el ejercicio de forma lenta y continua a lo largo del día.
Ahora bien, no todos podemos ir a dar un paseo por el bosque para quemar calorías y hacer circular la sangre, pero programar un tiempo del día para caminar o subir las escaleras del edificio donde uno vive, es una forma de crear una rutina diaria que nos ayude a estar en forma, con un cuerpo listo para luchar contra las enfermedades y rápido para descomponer las toxinas y otros residuos.
La actividad física puede ayudarnos a alcanzar una edad avanzada, activa y en algunos casos libre de medicamentos. No obstante, sentarse todo el día provoca que el cuerpo tenga una mejor eficiencia, un bajo consumo de energía, que no sólo provocan problemas como la obesidad, o la acumulación de sustancias tóxicas en el cuerpo, también hace que los huesos y los músculos se debiliten.
Los beneficios son muchos sin embargo, la decisión como siempre, es personal.
