No hay necesidad de evitar a alguien que tiene cáncer. Las personas no pueden contagiarse por tocar o pasar tiempo con alguien que padece esta enfermedad, de hecho, mantener los lazos afectivos y ofrecerles apoyo no podría ser más que algo valioso.
A pesar de que el cáncer no es contagioso de forma intrínseca, a veces algunos virus -que sí son contagiosos- podrían conducir al desarrollo de cáncer. Un par de ejemplos son el virus del papiloma humano (VPH), una enfermedad de transmisión sexual que puede causar cáncer cervical y otros tipos de cáncer. La hepatitis C también es un virus que se transmite a través de relaciones sexuales o por el uso de agujas infectadas, sus complicaciones pueden llegar a provocar un cáncer de hígado.
El virus de Epstein-Barr está vinculado al cáncer de nariz y de garganta, al linfoma de estómago, linfoma de Hodgkin y linfoma de Burkitt.
El virus del herpes humano de tipo 8 (VHH-8), está vinculado con un cáncer conocido como sarcoma de Kaposi. La mayoría de las personas con VHH-8 no desarrollan sarcoma de Kaposi a menos que también estén infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Algunos pacientes pueden llegar a tener sarcoma de Kaposi si están tomando medicamentos que debilitan su sistema inmunológico.
Un sistema inmunológico debilitado, otras infecciones, factores de riesgo como el tabaquismo y otros problemas de salud permiten que el cáncer se desarrolle con mayor facilidad.
Lo mejor es hablar con un médico acerca de las formas de protegerse contra estos virus.