Como el metabolismo disminuye naturalmente con la edad, mantener un peso saludable se convierte en un verdadero reto. Por fortuna, el ejercicio ayuda a aumentar el metabolismo, construye la masa muscular y promueve la quema de calorías. Cuando el cuerpo alcanza un peso saludable, el bienestar general mejora.
El ejercicio también reduce el impacto de los padecimientos y enfermedades crónicas. De los muchos beneficios del ejercicio en las personas mayores se encuentran: una mejoría en la función de la respuesta inmune, una mejor salud del corazón, de la presión arterial, se incrementa la densidad de la masa ósea y mejora el funcionamiento del sistema digestivo.
Las personas mayores que hacen ejercicio, tienen un menor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, tales como el Alzheimer, la diabetes, osteoporosis, enfermedades del corazón y cáncer de colon. El ejercicio mejora la movilidad, la flexibilidad y la postura, esto a su vez ayuda con el equilibrio, la coordinación, y reduce el riesgo de sufrir caídas. El entrenamiento de fuerza también ayuda a aliviar síntomas de enfermedades crónicas como la artritis.
La falta de sueño no es una consecuencia automática del envejecimiento, por el contrario, la calidad del sueño es importante para la salud en general. El ejercicio con frecuencia mejora el sueño, lo que ayuda a conciliarlo más rápidamente y a dormir más profundamente.
Las endorfinas producidas por el ejercicio pueden ayudar en gran medida a sentirnos mejor y a reducir los sentimientos de tristeza o depresión. Ser activo y sentirse fuerte naturalmente también aumenta el estado de ánimo y la confianza en uno mismo. Además, el ejercicio beneficia las funciones normales del cerebro, y lo ayuda a mantenerse activo, previniendo la pérdida de memoria, el deterioro cognitivo y la demencia; retrasando la progresión de los trastornos cerebrales.
