Los niños crecen a ritmos diferentes y en momentos diferentes, por lo que no siempre es fácil saber si un niño tiene sobrepeso. El índice de masa corporal (IMC) utiliza mediciones de altura y peso para estimar cuánta grasa corporal tiene un niño, y se puede utilizar para la detección de los problemas de peso y la obesidad desde la edad de dos años.
Sin embargo, mientras que el IMC suele ser un buen indicador, no es una medida perfecta de la grasa corporal y podría ser engañoso en algunas situaciones. Por ejemplo, el IMC puede ser difícil de interpretar durante la pubertad, cuando los niños experimentan periodos de rápido crecimiento.
Si un niño registra un alto índice de masa corporal para la edad de la medición, el médico puede necesitar realizar evaluaciones adicionales para determinar si el exceso de grasa en un problema. Estas valoraciones pueden incluir la medición del grosor en los pliegues cutáneos, además de una evaluación en la dieta, la actividad física, antecedentes familiares y otros exámenes de salud adecuados.
El médico también podrá determinar si existe el riesgo de padecer alguna de las condiciones médicas que pueden estar asociadas con la obesidad.
