Conoce algunos mitos sobre los problemas de adicción

Mitos drogas
– La superación de la adicción es simple cuestión de fuerza de voluntad y cualquiera puede dejar de consumir drogas si realmente lo quiere.

La realidad es que la exposición prolongada a las drogas altera el cerebro de manera que se vuelve una necesidad y una compulsión el utilizar drogas. Estos cambios en el cerebro hacen que sea extremadamente difícil dejar de fumar, por ejemplo, por pura fuerza de voluntad.

– La adicción es una enfermedad, no hay nada que se pueda hacer al respecto.

La mayoría de los expertos coinciden en que la adicción es una enfermedad del cerebro, pero eso no quiere decir que las personas sean víctimas indefensas. Los cambios en el cerebro asociados con la adicción pueden tratarse y revertirse a través de la terapia, la medicación, algunos ejercicios y otros tratamientos.

– Los adictos tienen que tocar fondo antes de que puedan comenzar a mejorar.

La verdad es que la recuperación puede comenzar en cualquier punto del proceso de adicción o idealmente, en un punto anterior a ella. Mientras más continuo sea el abuso de las drogas, más se fortalece la adicción, convirtiéndola en algo más difícil de tratar. Por esta razón es importante no intervenir hasta que el adicto lo ha perdido todo.

– Nadie puede obligar a alguien a tomar tratamiento, es necesario que la persona quiera la ayuda.

El tratamiento no tiene que ser voluntario para ser exitoso. Las personas que están en tratamiento, presionados por sus familias, patrones o el sistema jurídico, tienen las mismas probabilidades de beneficiarse como los que optan por ingresar a tratamiento por su cuenta. Al recuperar la sobriedad y después de que su pensamiento se aclara, muchos adictos que se mostraban renuentes, deciden que quieren cambiar.

– Si el tratamiento no ha funcionado antes, no tiene sentido volverlo a intentar.

La recuperación de la adicción a las drogas es un proceso largo que implica a menudo retrocesos. La recaída no significa que el tratamiento ha fracasado o que es una causa perdida. Más bien es una señal para ajustar el tratamiento o tratar de darle un nuevo enfoque.

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