Científicos trabajan en el desarrollo de nuevas vacunas orales

Vacunas orales
Nuevas vacunas orales se están desarrollando para aumentar la inmunidad contra la tuberculosis, la gripe, y también para prevenir las complicaciones causadas por la Clostridium difficile. Y de acuerdo con los investigadores de la Universidad Royal Holloway en Londres, esto significaría dejar atrás las agujas.

Este nuevo tipo de vacunas se están desarrollado a partir de las esporas de probióticos, según explica el investigador principal del estudio, el profesor Simon Cutting. El profesor ha llevado a cabo varios ensayos para analizar a la bacteria conocida como Bacillus subtilis, que ha llamado la atención de los microbiólogos, ya que tiene la capacidad de hacer que las esporas vivan por millones de años, hasta que germinan en las condiciones ambientales apropiadas.

Los mecanismos por los cuales ocurre este proceso han fascinado a los microbiólogos desde hace décadas, por lo que es una de las bacterias más extensamente estudiadas. Su ciclo de vida sencilla y su facilidad de uso la convierten en un sujeto ideal para el laboratorio. Las esporas de Bacillus resultaron ser perfectas para el transporte de antígenos y para estimular las respuestas inmunes.

Cutting nos dice que en lugar de requerir una aguja para su administración, las vacunas basadas en esporas se pueden enviar a través de un aerosol nasal, como un líquido oral o una cápsula. Alternativamente, pueden administrarse a través de una pequeña película soluble que puede colocarse bajo la lengua. Como las esporas son excepcionalmente estables, las vacunas no necesitarán almacenarse bajo refrigeración.

Además de ser menos dolorosa, la administración oral ayudaría a reducir los riesgos de contagio por VIH, que en algunos países es una gran preocupación. Sin mencionar que su costo será menor. Actualmente se realizan ensayos para comprobar si la vacuna puede ser usada contra la Clostridium difficile, que es la causante de una infección gastrointestinal que generalmente se adquiere durante las estancias en los hospitales, sobre todo por pacientes de edad avanzada. En la actualidad no existe una vacuna contra la enfermedad, por esta razón es que resulta imperativo encontrar nuevas soluciones y tratamientos, menos extremos, como lo fue el desarrollo de una suerte de excremento sintético en Canadá para combatir esta enfermedad.

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