Algunos acosadores cibernéticos pueden aprender el comportamiento agresivo de sus experiencias en el hogar, por lo que es importante darles un buen ejemplo con nuestro propios hábitos en Internet y de mensajería.
Como padre, usted puede ser un mal ejemplo para sus hijos cuando los castiga físicamente o al agredir física o verbalmente a su cónyuge, mostrando comportamientos de intimidación tales como: transmitir mensajes de texto o correos electrónicos abusivos a los compañeros de trabajo o conocidos. Comunicarse con otras personas en línea de formas en que no lo haríamos cara a cara. Agrediendo a los entrenadores deportivos, profesores, árbitros u otros compañeros de su hijo. Maldiciendo a otros conductores desde su auto. Humillando a algún dependiente, camarero y a otras personas cuando cometen un error. Hablar negativamente o escribir mensajes de abuso sobre otros estudiantes, padres o maestros haciendo que su hijo piense que es aceptable el uso de insultos o acoso cibernético para intimidar a los demás.
Si nuestro hijo practica el acoso cibernético, es recomendable hacerle saber lo doloroso e hiriente que su comportamiento puede ser. También se recomienda fomentar la empatía, haciéndole ver al pequeño sus acciones desde la perspectiva de la víctima.
Recuerde que el acoso cibernético puede tener consecuencias legales muy graves. En muchas ocasiones el ciberbullying puede ser un intento de su hijo por aliviar el estrés. Resulta esencial detectar cuál es esa fuente de ansiedad o preocupación, ya que podría venir incluso de su propio entorno familiar. Respecto a establecer límites con la tecnología, habrá que monitorear constantemente el uso de los ordenadores o dispositivos móviles. Si es necesario, retire el acceso a esta tecnología hasta que su comportamiento mejore.
Asegúrese de que su hijo entienda las reglas y el castigo por romperlas, los niños no pueden pensar por sí mismos que necesitan disciplina, por esta razón, la falta de límites envía una señal de que el niño no es digno de tiempo, cuidado o atención de sus padres.
Ciertos tipos de ciberbullying pueden violar los códigos escolares o las leyes contra el acoso y la discriminación sexual. Si bien las leyes son diferentes en todo el mundo, en los Estados Unidos, el acoso cibernético puede resultar en un cargo de delincuencia juvenil. En algunos casos, si la piratería o el robo de identidad están implicados, puede ser considerado como un asunto criminal grave.
