Hace poco se utilizó un aparato similar al marcapasos para realizar una estimulación cerebral profunda. Seleccionando algunas regiones del cerebro a través de unos electrodos, un grupo de científicos fue capaz de ayudar a un grupo de personas que sufren una variedad de problemas neurológicos. Tan sólo en los últimos años, los estudios han explorado el uso de estos dispositivos para el tratamiento de la anorexia, la enfermedad de Alzheimer y los trastornos de la memoria.
Después de esto, quizá no sea sorprendente saber que los científicos Volker Arnd Coenen y Thomas E. Schläpfer, del Hospital de la Universidad de Bonn en Alemania, han descubierto los beneficios que esta terapia tiene en la depresión aguda. Y es que no es la primera vez que esta técnica se ha usado para tratar la depresión; aunque los estudios anteriores sólo se habían enfocado en la zona del núcleo accumbens en el cerebro.
No obstante, en esta ocasión fue seleccionado un grupo de fibras nerviosas que van desde el sistema límbico hasta el córtex prefrontal (conocida como el haz medial del cerebro anterior). Ambas regiones juegan un papel en el sistema de recompensas de cerebro, que a su vez son asociadas con los sentimientos de euforia.
Dicha terapia reportó haber causado una gran respuesta, utilizando una corriente eléctrica relativamente débil. En el estudio, seis de los siete sujetos de prueba que padecen depresión severa, mostraron una reducción significativa en los síntomas (tales como ansiedad, desesperanza, apatía y falta de alegría) a sólo unos días de haber iniciado el tratamiento. Dichos pacientes han sido observados hasta dieciocho meses después de la terapia, y sus efectos parecen ser mucho más que temporales.
