En la actualidad existen una serie de teorías que tratan de explicar por qué existe una mayor incidencia de la depresión en las mujeres; ya que se consideran muchos factores implicados. Estos incluyen los factores biológicos, psicológicos y sociales. Entre las causas biológicas y hormonales de la depresión en las mujeres se encuentran:
Los problemas premenstruales: Las fluctuaciones hormonales durante el ciclo menstrual, pueden causar los síntomas habituales del síndrome premenstrual, tales como hinchazón, irritabilidad, fatiga y la reactividad a estímulos emocionales. Para muchas mujeres el síndrome premenstrual es leve, sin embargo, para algunas mujeres los síntomas son lo suficientemente graves como para interrumpir su vida, en estos casos el diagnóstico más probable es un trastorno disfórico premenstrual.
El embarazo y la infertilidad: El gran número de cambios hormonales que se producen durante el embarazo, pueden contribuir a la depresión; especialmente en mujeres que ya tienen un alto riesgo de padecerla. Otras cuestiones como un aborto involuntario, un embarazo no deseado y la infertilidad también pueden jugar un papel importante en la depresión.
La depresión postparto: Muchas de las nuevas madres experimentan la depresión postparto, también conocida como melancolía de la maternidad. Esta es una reacción normal que tiende a desaparecer en pocas semanas. Sin embargo, algunas mujeres padecen una depresión grave y duradera. Se cree que esta condición es causada en parte, por las fluctuaciones hormonales que ocurren por el embarazo.
La perimenopausia y la menopausia: Las mujeres pueden estar en mayor riesgo de depresión durante la perimenopausia -que es la etapa que conduce a la menopausia-, cuando las hormonas reproductoras fluctúan rápidamente. Las mujeres con un historial de depresión, tienen un mayor riesgo de padecerla durante la menopausia también.
Los problemas de salud: En cuanto a las enfermedades crónicas, las lesiones o la discapacidad, también pueden ser causas que lleven a las mujeres a la depresión. Sin mencionar los estragos de una dieta de emergencia o el estrés generado durante un tratamiento para dejar de fumar.
