La mayoría de las mujeres que sufren depresión, reciben los mismos tipos de tratamiento que las demás personas. Los principales métodos de tratamiento son la psicoterapia y la terapia antidepresiva. Sin embargo, hay algunas consideraciones especiales de tratamiento para la depresión en las mujeres.
Las fluctuaciones hormonales relacionadas con el ciclo reproductivo, pueden tener una profunda influencia en el estado de ánimo de una mujer. Ante esta posibilidad, el médico y su paciente siempre deben mantenerse atentos a las conexiones entre los síntomas depresivos y el ciclo reproductivo femenino.
Un ejemplo de esto ocurre cuando la depresión está conectada al periodo menstrual, lo cual podría denotar un caso de síndrome premenstrual. Cuando una mujer está embarazada, lo más probable es que su depresión sea causada por los grandes cambios que su cuerpo está sufriendo, así como las preocupaciones y complicaciones relacionadas. Si la depresión aparece después de un parto, puede que la paciente esté luchando contra una depresión postparto. Por otro lado, las mujeres que se estén acercando a la menopausia comenzarán a hacerle frente a una serie de fluctuaciones hormonales y emocionales.
Todos estas señales pueden influir o desencadenar la depresión. Sin olvidarse de los efectos secundarios relacionados con el estado de ánimo, provocados por algún tipo de medicación en el control de la natalidad o las terapias de reemplazo hormonal.
Debido a las diferencias biológicas femeninas, las mujeres generalmente deben iniciar con una dosis más baja de antidepresivos (siempre y cuando estén prescritos por un especialista) que los hombres. Las mujeres también tienen una mayor probabilidad de sufrir efectos secundarios, por lo que cualquier medicación debe ser vigilada muy de cerca.
Por último, las mujeres son más propensas que los hombres a requerir tratamientos simultáneos para otras condiciones, como los trastornos de ansiedad o de alimentación.
