Sin importar cuánto tiempo hayan esperado y lo mucho que amen a sus hijos, para muchas mujeres tener un bebé es estresante. Especialmente cuando hablamos de la melancolía de la maternidad o depresión postparto, un padecimiento que es perfectamente normal, excepto cuando los síntomas no desaparecen después de algunas semanas y mucho menos cuando empeoran.
La depresión postparto puede interferir con la capacidad de una mujer para cuidar de su bebé, por lo que es importante obtener ayuda de inmediato. Con tratamiento y apoyo será posible disfrutar de una maternidad feliz.
Cuando una mujer acaba de tener a un bebé, se espera que esté tomando todo con mucha felicidad; se espera que celebre la llegada de su pequeño junto a sus amigos y familiares. No obstante, puede ocurrir que en lugar de celebrar, tenga ganas de llorar. Después de todo, ella estaba preparada para la alegría y la emoción, no así para el agotamiento, la ansiedad y el llanto.
La depresión leve y los cambios de humor en las madres primerizas es tan común que de hecho, tiene su propio nombre: la depresión postparto. La gran mayoría de las madres primerizas experimentan por lo menos algunos de los síntomas de la depresión postparto, incluyendo los cambios de humor, irritabilidad, tristeza, dificultad para dormir, cambios en el apetito y problemas de concentración.
Los síntomas generalmente aparecen a los pocos días de dar a luz y duran desde algunos días hasta un par de semanas. Esta depresión es una parte normal de la nueva maternidad, probablemente causada por los cambios hormonales que ocurren después del nacimiento. Si usted los tiene, no hay ninguna causa para la preocupación excesiva, una vez que las hormonas se nivelen, todo volverá a la normalidad. Si un médico lo determina, este trastorno no requerirá mayor tratamiento que el apoyo de sus seres queridos y reposo.
