Los cigarrillos electrónicos son dispositivos largos en forma de tubo que se parecen a los cigarrillos tradicionales, y algunos de ellos son similares a los bolígrafos. La mayoría tiene cartuchos de nicotina reemplazables, mientras que otros son desechables.
Su uso consiste en colocar el dispositivo entre los labios y aspirar. La acción de succionar activa un elemento de calentamiento que vaporiza una solución líquida; en consecuencia, este vapor es inhalado.
La acción es muy similar a la que puede apreciarse mientras una persona fuma un cigarrillo de tabaco tradicional, por lo que será muy fácil de usar para los fumadores y ex fumadores.
Un farmacéutico chino llamado Lik Hon, es ampliamente citado como el inventor de la primera generación de cigarrillos electrónicos en el año 2000. Incluso en 1963, Herbert A. Gilbert patentó un dispositivo que se describe como un cigarrillo sin humo de tabaco, que sustituye la combustión del papel y tabaco, con aire aromatizado caliente y húmedo.
Actualmente, la mayoría de los usuarios de cigarrillos electrónicos son personas que no fuman tabaco diariamente, así como aquellas personas que fuman más de un paquete de cigarrillos al día. De hecho, un número considerable de usuarios los usan porque creen que son menos dañinos para la salud que los cigarrillos convencionales.
