¿Te has preguntado si ‘tronar los dedos’ puede causar artritis?

Tronarse los dedos artritis
Para varias personas es un hábito muy común el manipular sus articulaciones deliberadamente, con la intención de producir un sonido o un tronido. La gente puede ‘tronar’ varias articulaciones en el cuerpo, incluyendo la cadera, las muñecas, los codos, la espalda, las vértebras del cuello, los dedos de los pies, la mandíbula, los tobillos y especialmente los nudillos.

Pero ¿Será posible que esta costumbre pueda provocar algún padecimiento como la artritis? Para responder a esta pregunta, un grupo de investigadores de la Universidad de Ciencias de la Salud en Maryland, Estados Unidos, llevó a cabo un estudio que buscara alguna relación entre ‘tronar los nudillos’ y el desarrollo de osteoartritis en las manos.

Dicho estudio incluyó a doscientas catorce personas, de las cuales ciento treinta y cinco tenían osteoartritis en las manos (demostrada a través de radiografías). Los participantes tenían entre cincuenta y ochenta y nueve años, todos ellos habían recibido una radiografía de la mano derecha cinco años antes del estudio.

Los investigadores recopilaron datos sobre los participantes, respecto a la frecuencia, duración y detalles de la forma en que tronaban sus nudillos, así como los factores de riesgo conocidos para el desarrollo de la osteoartritis. Se encontró con que el veinte por ciento de los participantes tenían este hábito en particular, de los cuales el dieciocho por ciento padecían osteoartritis. No obstante, el veintiuno por ciento de los participantes que no tenían este hábito, no presentaban este padecimiento.

En términos de estadística, la diferencia no fue significativa en ambos casos. Por lo que los investigadores concluyeron que tronar los nudillos no era un factor de riesgo para la osteoartritis de mano. También se demostró que este hábito no afectaba en modo alguno la fuerza de agarre en cada mano.

Por otro lado, cabe mencionar que un doctor llamado Donal Unger, pasó más de sesenta años tronando los nudillos de su mano izquierda, pero nunca los de la mano derecha. Al final, reportó que no había indicio alguno de artritis ni de cualquier otro problema en ambas manos. Gracias a esto, él obtuvo el Premio Ig Nobel de Medicina en el año 2009.

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