Muchos adultos no hacen ejercicio a medida que envejecen. Sin embargo, el ejercicio es vital para mantener la salud durante toda la vida. Ayuda a mantener la fuerza y la agilidad, le da a la salud mental un impulso, e incluso puede ayudar a disminuir el dolor crónico.
Las personas que son sanas en general o están haciendo frente a una lesión permanente (discapacidad o problema de salud), se verían beneficiadas por el ejercicio regular, ya que éste las ayudaría a mantenerse saludables física y mentalmente y a mejorar su confianza y su visión de la vida.
Es importante consultar con un médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, así podremos averiguar si nuestra condición de salud o de medicación afectan de algún modo el ejercicio que deberíamos escoger. Muchas personas prefieren ejercitarse en grupos o dentro de una clase. Otras personas en cambio, prefieren algo más individual como la natación.
Si el ejercicio es algo nuevo para las personas, bastará unos minutos al día para comenzar con un hábito muy saludable. Aumentando poco a poco el tiempo y la intensidad para evitar las lesiones. Caminar es una maravillosa manera de empezar a hacer ejercicio. El ejercicio no tiene por qué implicar una actividad vigorosa o mucho tiempo en el gimnasio.
De hecho, caminar es una de las mejores maneras de mantenerse en forma. Lo mejor de todo es que no se requiere ningún tipo de equipo o experiencia, y puede hacerse en cualquier lugar.
