La vejez trae una serie de cambios a los que debemos estar atentos

Vejez cambios fisicos
Ninguna persona debe caer en el mito de que el envejecimiento significa automáticamente que ya no podrá sentirse bien. Es cierto que el envejecimiento implica cambios físicos, pero no tiene que significar malestares y discapacidad. Aunque no todas las enfermedades o el dolor es evitable, muchos de los desafíos físicos asociados con el envejecimiento pueden superarse o mitigarse drásticamente por comer bien, hacer ejercicio y cuidar de uno mismo.

Nunca es tarde para comenzar. Sin importar la edad que una persona tenga o lo poco saludable que haya sido en el pasado, el cuidado de su cuerpo la ayudará a mantenerse activa, mejorar su memoria, el sistema inmunológico, a enfrentar mejor sus problemas de salud y aumentará su energía. De hecho, muchos adultos mayores informan sentirse mejor que nunca porque están haciendo un mayor esfuerzo para estar sanos, del que hicieron cuando eran más jóvenes.

A medida que se envejece, la relación con la comida puede cambiar al igual que nuestro cuerpo. Iniciará una disminución del metabolismo, acompañada de cambios en el gusto y el olfato. Habrá una digestión más lenta que puede afectar el apetito, así como el tipo de alimentos que podremos comer y la forma en que nuestro cuerpo lo procesará. La clave está en encontrar la manera de adaptarse a esas necesidades cambiantes. Ahora más que nunca, la alimentación saludable es importante para mantener nuestra energía y nuestra salud.

Ya que el sistema digestivo se hace lento con la edad, la fibra es un elemento muy importante. Consumir alimentos ricos en fibra como cereales integrales, frutas y verduras, nos ayudará a sentirnos con más energía para seguir con las actividades diarias.

El sentido del gusto y el apetito podrían no ser tan fuertes como antes, pero las necesidades nutricionales son tan importantes como siempre. Esto podría solucionarse cambiando a nuestro agrado la forma de presentar los alimentos y aprovechando al máximo los sabores naturales.

Los cambios físicos también significan que los adultos mayores son más propensos a la deshidratación. Así que debemos estar seguros de beber muchos líquidos, incluso cuando no sintamos sed. Al consumir menos agua, la fuerza y la energía se verán afectadas.

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