Los eventos de alto perfil como los Juegos Olímpicos, traen la esperanza de presenciar y celebrar a los atletas en la mejor parte de su carrera. También ayudan a inspirar a los demás jóvenes a realizar actividades deportivas y físicas que los lleven a tener una vida más satisfactoria y saludable, mediante la reducción de su riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Por desgracia, si no se toman las medidas adecuadas, los atletas jóvenes pueden terminar en un camino muy diferente, que los lleve a una mala salud, causada por una lesión deportiva evitable. Según las estimaciones de la Sociedad Americana de Medicina para el Deporte, tan sólo en los Estados Unidos, tres punto cinco millones de niños de catorce años o menos reciben tratamiento médico por lesiones relacionadas con el deporte, mientras que los atletas de secundaria suman otros dos millones por año.
Esto hace que los deportes sean la causa principal de lesiones en el adolescente. Si consideramos el tiempo que estas los alejan de la escuela o el trabajo, dichas lesiones pueden tener efectos de largo alcance.
Una posible solución sería comenzar un seguimiento de las lesiones en los atletas olímpicos, para tratar de crear nuevas ideas que permitan evitarlas o minimizarlas.
