Las lesiones en la espalda y el cuello son mucho menos comunes en los atletas jóvenes, pero cuando ocurren, pueden causar una enorme frustración. El atleta debe completar un programa de rehabilitación integral y exigente antes de regresar a la competición deportiva. Aunque en algunos casos puede que nunca regresen a sus respectivas disciplinas.
La mayoría de las lesiones de espalda y cuello en los atletas son los esguinces de ligamentos o esguinces de músculos. Aparte del trauma, por lo general se deben al uso excesivo de una mecánica corporal inadecuada, a estar fuera de condición o por la falta de calentamiento adecuado. En estos casos, el atleta se quejará de dolor de espalda cuando se encuentre activo, y sentirá alivio al descansar.
Sin embargo, en algunas ocasiones una enfermedad más grave puede tener síntomas similares. Debido a esto, el tratamiento adecuado de la espalda y las lesiones en el cuello de los atletas jóvenes, debe incluir siempre la evaluación de un médico, y el uso de los estudios de imagen cuando sean necesarios.
Según la Sociedad Norteamericana de la Columna, las lesiones de espalda y cuello más graves incluyen la espondilolisis y la espondilolistesis, un tipo particular de defecto en la vértebra de la columna vertebral (espondilolisis), y donde una vértebra se desliza con relación a otra (espondilolistesis). Esta es una causa común de dolor de espalda en los deportistas jóvenes, especialmente los gimnastas, porque tienen que girar y extender demasiado sus espinas.
Las lesiones del disco son una causa común de dolor de espalda entre los atletas adultos, aunque es menos frecuente entre los atletas jóvenes, y no siempre puede estar asociado con la ciática (con un dolor agudo en la pierna). Un diagnóstico cuidadoso puede ayudar a descartar otras posibles causas que pueden simular lesiones de disco en los cuerpos jóvenes que todavía están en crecimiento.
La enfermedad de Scheuermann o cifosis juvenil es otra causa común del dolor de espalda entre los atletas jóvenes durante la pubertad, esta ocurre en la mitad de la espalda, y conduce a una curvatura fisiológica en forma de domo, cuando la persona se flexiona hacia delante. Los ejercicios no suelen ser suficientes para corregir esta enfermedad, y cuando los aparatos ortopédicos no bastan para aliviar el dolor, una cirugía puede ser necesaria. Por desgracia, es poco probable que el atleta sea capaz de reanudar sus actividades deportivas después del procedimiento.
