Aunque el trastorno bipolar no tiene una causa única, parece que algunas personas están genéticamente predispuestas al trastorno bipolar. Sin embargo, no todo el mundo hereda esta vulnerabilidad o desarrolla la enfermedad. Sin mencionar que los genes no son la única causa.
Algunos estudios de imágenes cerebrales muestran cambios físicos en el cerebro de las personas con trastorno bipolar. Otras investigaciones apuntan a uno o más desequilibrios en los neurotransmisores, a una función anormal en la tiroides, a las alteraciones en el ritmo cardíaco o a los altos niveles de cortisol; la hormona del estrés.
Se cree que los factores ambientales y psicológicos también están involucrados en el desarrollo del trastorno bipolar. Estos factores externos son llamados desencadenantes. Los disparadores pueden desencadenar nuevos episodios de manía o depresión, así como empeorar los síntomas existentes. Aunque en muchos casos, los episodios de trastorno bipolar ocurren sin un desencadenante obvio.
Algunos acontecimientos estresantes pueden desencadenar el trastorno bipolar en una persona con una vulnerabilidad genética. Estos eventos suelen implicar cambios drásticos, ya sea repentinos, buenos o malos, como casarse, ir a la universidad, la pérdida de un ser querido, perder el empleo o mudarse.
Mientras que el abuso de sustancias no es una causa del trastorno bipolar, sí puede empeorar el curso de la enfermedad. Las drogas como la cocaína, el éxtasis y las anfetaminas pueden desencadenar manía, mientras que el alcohol y los tranquilizantes pueden desencadenar la depresión.
Algunos medicamentos antidepresivos pueden causar episodios de manía. Sin mencionar a los supresores del apetito, la cafeína, los corticoesteroides y los medicamentos para la tiroides. De alguna forma, los cambios estacionales y la privación del sueño también suelen desencadenar episodios de depresión o manía respectivamente.
