En los últimos años, la luz azul ha permitido entender los problemas del corazón, las funciones de control cerebrales y la forma en que se activa el tejido muscular. Ahora podremos agregar otra función biomédica a esta lista, y es que sus cualidades antimicrobianas se han utilizado para detener las infecciones de la piel y en los tejidos blandos.
Según la Sociedad Americana de Microbiología, estas infecciones ocupan el segundo lugar entre las infecciones encontradas en las salas de emergencia. Desafortunadamente, a medida que la resistencia bacteriana frente a los antibióticos crece, cada vez son necesarios otros medios para detener estas infecciones.
Por esta razón se llevó a cabo un estudio en la Escuela Médica de Harvard, donde los científicos utilizaron una matriz de LED azul para tratar quemaduras infectadas en ratones de laboratorio. En concreto, se usó la luz azul para erradicar bacterias en la piel de los animales de forma selectiva, como la pseudomonas aeruginosa, que es potencialmente letal.
Los resultados del estudio fueron prometedores, todos los ratones tratados con la luz sobrevivieron, mientras que el ochenta y dos por ciento de los ratones en el grupo de control murieron. Además, a diferencia de la luz ultravioleta usada para matar bacterias, la luz azul no era perjudicial para las células de los animales.
Aunque se necesitan más investigaciones, es muy probable que las cualidades antimicrobianas de la luz azul hagan a las bacterias menos propensas a desarrollar resistencia ante ella que frente a los antibióticos.
