Un grupo de investigadores suecos, publicaron un informe en el Diario Británico de Medicina, donde reportaron que los bebés que nacen por cesárea, tienen un rango menor de bacterias intestinales benéficas durante los primeros dos años de vida, en comparación con los bebés nacidos a través del canal del parto de la madre.
El estudio revela que los bajos niveles en la flora intestinal tiene implicaciones en el desarrollo del sistema inmunológico, especialmente en los bebés recién nacidos por cesárea, que mostraron un nivel muy bajo de estos productos químicos; responsables de la prevención de alergias. Durante el estudio se analizó a veinticuatro niños. Nueve de ellos fueron concebidos por cesárea, mientras que el resto nació por vía vaginal.
Las muestras fecales y un moderno estudio de secuenciación de ADN ayudaron a determinar la composición microbiana en las muestras fecales. Estas muestras se obtuvieron de los niños en la primera semana del nacimiento, después en el primero, tercero, sexto, doceavo y vigésimo cuarto mes posterior al parto.
Los resultados revelaron que en los bebés nacidos por cesárea, había desaparecido uno de los principales grupos de bacterias intestinales, el phylum Bacteroidetes, en comparación con los bebés que tuvieron un parto natural. Además, algunos bebés no adquirieron los Bacteroidetes hasta los doce meses de edad.
Los Bacteroidetes son importantes para la maduración del sistema inmune, así podrá responder adecuadamente a los factores desencadenantes, que pueden dar lugar a alergias, diabetes y enfermedades inflamatorias del intestino.
Una posible explicación para esto, es que los miembros de la microbiota intestinal de la madre se transfieren al niño durante el parto vaginal, y en la cesárea ocurre un patrón de colonización alterada de la parte inferior del intestino del bebé. Sería interesante investigar si la suplementación de bacterias probióticas, a los bebés recién nacidos por cesárea, podría estimular su maduración inmunológica y prevenir el desarrollo de alergias.
