De acuerdo con una revisión sistemática llevada a cabo por los investigadores de la Universidad Case Western de la Reserva Oeste, el tiempo y las atenciones extra que requiere el cuidado de un niño con alguna enfermedad crónica sobre sus padres, causan estrés que puede afectar a toda la familia.
Esta revisión se basa en una evaluación de noventa y seis estudios revisados por pares en doce países, entre 1980 y 2012. Los investigadores examinaron los estudios, que involucraban a los padres de niños de hasta veintiún años con asma, cáncer, fibrosis quística, diabetes, epilepsia, artritis reumatoide juvenil o la enfermedad de células falciformes.
Aunque muchos estudios han examinado el estrés parental asociado con enfermedades específicas, este fue uno de los primeros en integrar los resultados en un informe único para proporcionar una visión amplia de la cuestión y las posibles intervenciones.
Además de identificar los factores desencadenantes de estrés comunes, los padres también necesitan ayuda para hacer frente a la tensión. Sumado a las responsabilidades habituales de crianza, los padres de niños con enfermedades crónicas, enfrentan necesidades especiales, como un médico, citas periódicas, terapia, tratamientos, hospitalizaciones y problemas escolares que pueden ser abrumadores al tratar de integrar las necesidades del niño enfermo en la rutina familiar.
Los padres informaron que sufren de estrés añadido por ver a sus hijos padeciendo algún tipo de dolor, además de preocuparse por la vulnerabilidad del niño y explicar los problemas de salud a los que están fuera de la familia.
Para reducir el estrés, se recomienda a los padres estar abiertos a la asistencia de amigos o familiares, que puedan ser capaces de ayudar a reducir algo de la tensión. Para disminuir las demandas los padres deben encontrar maneras de compartir la crianza y las responsabilidades de tratamiento.
