La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó recientemente un medicamento llamado Xofigo (dicloruro de radio-223) para la fase tardía del cáncer de próstata sintomático (metastásico) resistente a la castración, que ha llegado a los huesos, pero no a otros órganos, es decir, sin la enfermedad metastásica visceral conocida.
Xofigo está dirigido a pacientes del sexo masculino cuyo cáncer de próstata derivó en metástasis a pesar de recibir las intervenciones médicas o quirúrgicas para reducir los niveles de testosterona. Es importante señalar que la testosterona es una hormona sexual masculina que estimula el crecimiento y la propagación del cáncer de próstata.
El cáncer próstata metastásico comúnmente afecta los huesos. Aproximadamente el noventa por ciento de los pacientes con metástasis de cáncer de próstata tiene evidencia de metástasis en los huesos. Cuando el cáncer alcanza el hueso, el paciente es mucho más vulnerable a los eventos esqueléticos que se sabe son la causa principal de la morbilidad y la muerte en los hombres con cáncer de próstata resistente a la castración.
Xofigo se une con minerales en el hueso para administrar la radiación directamente a los tumores óseos, lo que limita el daño a los tejidos normales circundantes. Xofigo es el segundo medicamento para el cáncer de próstata que demuestra una capacidad de extender la supervivencia de los hombres con cáncer de próstata metastásico.
Durante los estudios, este medicamento mantuvo el promedio de supervivencia global en catorce meses, contra los once puntos dos meses del grupo que tomó el placebo. Xofigo puede causar inflamación de un pie, la pierna o el tobillo, náuseas, vómitos y diarrea. Es importante señalar que algunos pacientes pueden desarrollar anemia, linfopenia (bajo nivel de linfocitos), leucopenia (bajo nivel de glóbulos blancos) y/o neutropenia (bajo nivel de células blancas en la sangre que luchan contra las infecciones).
