La intolerancia a los aditivos alimenticios ha sido un problema constante en los últimos treinta años, porque cada vez más alimentos contienen aditivos. Aún así, se estima que la intolerancia a estos compuestos afecta solamente al uno por ciento de las personas.
Es importante recordar que los aditivos alimenticios se utilizan para mejorar los sabores, para que los alimentos se vean más atractivos y para aumentar su vida útil. Algunos ejemplos de estos aditivos son los antioxidantes, los colorantes y saborizantes artificiales, los emulsionantes, los potenciadores del sabor, los conservadores y los edulcorantes.
De los miles de aditivos usados en la industria alimentaria, se cree que solamente un número pequeño de ellos causa problemas.
Los aditivos alimenticios más conocidos por causar reacciones adversas son:
El glutamato monosódico se usa como un potenciador del sabor. Es conocido por causar dolores de cabeza.
Se sabe que los nitratos causan picazón y erupciones en la piel. Las carnes procesadas generalmente son altas en nitratos y nitritos.
Los sulfitos se utilizan como conservadores (normalmente son usados en los vinos). En Europa y Estados Unidos, los vinos de 1987 a 2005 deben indicar en sus etiquetas si contienen sulfitos en más de diez partes por millón. De hecho, un estudio alemán descubrió que alrededor del siete por ciento de las personas tiene intolerancia al vino.
Por último, algunos colorantes como el rojo y el amarillo también son aditivos conocidos por causar reacciones en el cuerpo.
