A pesar de que la frecuencia y un alto volumen en el consumo de alcohol se ha relacionado con un aumento de la violencia intrafamiliar, una nueva investigación sugiere que el contexto en que esto ocurre, puede desempeñar un papel importante en la violencia contra la pareja.
Al menos esto es lo que dicen los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, que analizaron a mil quinientos ochenta y cinco parejas de más de cincuenta ciudades de California. El estudio requirió información sobre la violencia de hombre a mujer y de mujer a hombre en la pareja; los contextos en los cuales consumían alcohol, así como los factores psicosociales y demográficos.
Para el estudio se consideraron seis contextos diferentes: restaurantes, bares, el hogar de otra persona, una tarde tranquila en casa y los parques o lugares públicos.
Los resultados del análisis mostraron que los hombres que beben en fiestas y bares fuera de casa y las mujeres que beben en parques y lugares públicos, estuvieron vinculados con un aumento de violencia a su pareja.
Adicionalmente, se encontró que el aumento de la frecuencia del consumo de alcohol con amigos en casa, estaba vinculada a la disminución de la violencia de pareja. Por otro lado, los mayores volúmenes de consumo con los amigos en casa, estaban vinculados con un aumento de la violencia de pareja.
Los análisis presentados en este trabajo indican que tanto la frecuencia del consumo de alcohol y el consumo excesivo en ciertos contextos, son importantes predictores de patrones específicos. Desde una perspectiva de prevención, los investigadores recomiendan animar a la pareja a alterar sus decisiones sobre el consumo de alcohol en contextos particulares, así como la limitación de las oportunidades para beber. Esto en lugar de tratar de influir en la cantidad de alcohol que beben cada vez en esos contextos.
Sin duda, una mejor comprensión de las interacciones sociales que tienen lugar en ciertos ambientes y sus comportamientos posteriores, contribuirá a comprender qué aspectos de los entornos podrían ser susceptibles de cambio, para reducir las conductas problemáticas, como la violencia de pareja en este caso.
