Esta podría ser una nueva victoria en la guerra contra las superbacterias resistentes a los antibióticos. Y radica en el descubrimiento de algunos virus especiales que se alimentan de ellas. A estos virus se les conoce como bacteriófagos.
Fueron los investigadores de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, los que aislaron con éxito ciertos fagos, que han demostrado su eficacia contra una bacteria llamada Clostridium difficile, responsable de muchas enfermedades nosocomiales.
Esta bacteria es responsable de doscientas cincuenta mil infecciones en los Estados Unidos cada año, provocando alrededor de catorce mil muertes. Esto le cuesta al sistema de salud mil millones de dólares anuales. Por esta razón los científicos han tratado de encontrar una solución para este problema médico y económico.
Los bacteriófagos naturales, podrían servir como una alternativa a los antibióticos. Después de todo, a menos de un siglo después de su descubrimiento, el impacto de estos medicamentos está disminuyendo a un ritmo que nadie anticipó, con más y más bacterias evolucionando y adaptándose para resistir a los antibióticos.
A diferencia de los antibióticos, los fagos son específicos en lo que eliminan. Mediante la inyección de su ADN en la bacteria, los fagos se replican, haciendo que la célula bacteriana estalle. Una vez que se abre, los fagos pueden repetir el proceso en otras células huésped.
La Clostridium difficile afecta principalmente el sistema digestivo. Aunque es relativamente inocua en los individuos con una flora intestinal sana, sí supone una amenaza grave cuando el entorno digestivo se interrumpe o se agota, por ejemplo, durante el uso crónico de antibióticos. En estas personas, las infecciones pueden causar diarrea grave, vómitos y deshidratación. Colectivamente, estos síntomas pueden resultar mortales, en especial para los pacientes de edad avanzada.
Los autores del estudio afirman que si todo va bien, podríamos ver un producto que utilice virus bacteriófagos dentro de cinco o diez años.
