De acuerdo con el Servicio Nacional de Salud en Estados Unidos, una paciente con síntomas típicos de una infección del tracto urinario inferior, no requerirá pruebas de diagnóstico para confirmarlo, ya que este tipo de afección causa un patrón distintivo de los síntomas. En otras palabras, si el médico de cabecera interroga al paciente sobre ciertos síntomas, es posible hacer un diagnóstico razonablemente exacto.
Otras pruebas de diagnóstico podrían ser necesarias si el paciente es un varón, ya que la infección urinaria es poco frecuente en los hombres. Por lo tanto, el médico tiene que asegurarse de que otras posibles causas han sido descartadas.
Si el médico sospecha que se trata de una infección del tracto urinario superior, podría requerir una prueba más cuidadosa de las vías urinarias, debido a que este tipo de afección tiene un mayor riesgo de complicaciones.
Durante el embarazo, el médico probablemente ordenará hacer algunas pruebas.
La presencia de sangre en la orina requiere de algunos exámenes, en parte para descartar otras enfermedades o condiciones, tales como el cáncer de vejiga.
Los pacientes con sistemas inmunes debilitados, como las personas con diabetes, o las que reciben un tratamiento contra el cáncer, son muy vulnerables a este tipo de infecciones.
Los posibles exámenes diagnósticos pueden incluir:
Pruebas de orina. Se realizan para detectar la presencia de bacterias. Una prueba de orina también ayudará al médico a decidir qué antibiótico recetar.
Urografía intravenosa. Un colorante especial que se muestra en las placas de rayos X, se inyecta en el paciente. Posteriormente, el radiólogo observa cómo el tinte viaja a través del sistema urinario, para detectar cualquier problema.
Cistoscopia. El médico inserta un instrumento largo y delgado (un cistoscopio) en la uretra para observar el interior de la uretra y la vejiga. Hay una lente en el extremo del cistoscopio que le permite al especialista concentrarse en las superficies interiores de las vías urinarias. Algunos cistoscopios flexibles utilizan fibra óptica, que transmiten imágenes a una pantalla de visualización. Este procedimiento tiene una duración de cinco a diez minutos. Es importante recordar que una cistoscopia es eficaz en la detección del cáncer de vejiga.
