Un factor de riesgo es algo que aumenta la probabilidad de desarrollar una afección o enfermedad. Por ejemplo, la obesidad aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Por lo tanto, la obesidad es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2.
Ahora bien, a diferencia de los hombres, las mujeres tienen muchas más probabilidades de desarrollar una infección urinaria. Esto se debe a que las mujeres tienen una uretra más corta, por lo que la distancia entre esta y la vejiga es menor, esto incrementa el riesgo de que una infección se eleve hacia la vejiga. Además, la abertura de la uretra de la mujer está mucho más cerca del ano que la del hombre. Por consiguiente, hay un mayor riesgo de que las bacterias entren en la uretra desde el ano.
Las mujeres sexualmente activas son más propensas a tener una infección urinaria. Sin mencionar que algunas formas de control de la natalidad, como los diafragmas, tienden a hacer más susceptibles las infecciones urinarias.
Por otro lado, las mujeres postmenopáusicas tienden a desarrollar infecciones urinarias con mayor frecuencia que otras mujeres. Durante la menopausia las mujeres producen menos mucosidad en el área vaginal. Este moco es el responsable de detener la multiplicación de bacterias.
Las mujeres que se encuentran bajo una terapia de reemplazo hormonal, tienen un riesgo menor de desarrollar cistitis en comparación con las mujeres menopaúsicas que no están bajo terapia de reemplazo hormonal. Durante la menopausia, el revestimiento de la uretra de la mujer disminuye a medida que sus niveles de estrógeno caen. Cuanto más fino sea el revestimiento, mayores son las posibilidades de infección y otras complicaciones.
Las personas con problemas del riñón, como los cálculos renales y otros problemas similares, son más propensas a desarrollar infecciones. Las enfermedades crónicas, especialmente aquellas que debilitan el sistema inmunológico, pueden aumentar el riesgo de infecciones urinarias, como la diabetes.
Por último, el uso de catéteres a largo plazo, en los pacientes con una sonda vesical, también tienen un mayor riesgo de infección en el tracto urinario.
