De acuerdo con un equipo de investigadores del Instituto Karolinska, en Suecia, los bebés de las mujeres que han tenido cirugías para la pérdida de peso, tienen más probabilidades de nacer prematuros y de tamaño pequeño para su edad gestacional, en comparación con los bebés nacidos de mujeres que no han tenido cirugías de este tipo.
Los investigadores dicen que sus hallazgos muestran que los embarazos de mujeres que han sufrido alguna cirugía bariátrica, deben ser tratados como embarazos de alto riesgo y que estas mujeres deben recibir atención prenatal más estricta.
Tan sólo en los Estados Unidos, se realizan ciento trece mil casos de cirugía bariátrica anualmente. La mayoría de estas operaciones se llevan a cabo en mujeres, lo que significa que el número de bebés que nacen de mujeres que han tenido dichos procedimientos, también van en aumento.
Para el estudio, se comparó a dos mil quinientos bebés que nacieron entre 1992 y 2009. Todos ellos nacidos de mujeres que se habían sometido a una cirugía bariátrica. Estos fueron comparados con los doce mil quinientos bebés de madres que no habían sido sometidas a esta cirugía.
Al final, los resultados revelaron que el cinco punto dos por ciento de los bebés nacidos de mujeres que se sometieron a una cirugía bariátrica, eran pequeños para la edad gestacional, en comparación con el tres por ciento de los bebés que nacieron de las madres sin intervenciones.
Por otro lado, el cuatro punto dos por ciento de los bebés nacidos de madres que se sometieron a una cirugía bariátrica, eran grandes para la edad gestacional, sin mencionar que el nueve punto siete por ciento de los niños nacieron prematuramente.
Teniendo esta información en cuenta, los especialistas médicos deberían prestar mucha atención a dichos embarazos, y las mujeres deben someterse a ecografías adicionales, para comprobar el crecimiento del feto. En caso de ser necesario, podrían recomendarse uno o más suplementos dietéticos especiales.
