Como la secuenciación del ADN se ha vuelto más asequible y ha ganado más atención por parte de la comunidad médica, un creciente número de investigadores necesitan de ordenadores más potentes que los ayuden en sus análisis.
Por esta razón el siguiente paso parece obvio: ofrecer servicios personalizados en la nube para propósitos de investigación genómica e incluso multiómica.
En octubre del presente año, un ambicioso programa de investigación genética realizado en la Universidad Baylor, se convirtió en el mayor proyecto hasta la fecha. Durante el proyecto, se trató de vincular el riesgo de ciertas enfermedades del corazón, con determinadas variantes genéticas. Una tarea que requiere investigación de la población y la secuenciación del genoma completo.
Los investigadores secuenciaron el ADN de más de catorce mil personas. Este cálculo de números requiere de dos punto cuatro millones de horas de trabajo computacional, que arrojaron cuatrocientos treinta terabytes de resultados y cerca de un petabyte de almacenamiento de datos organizados para su análisis posterior.
Tener acceso a esta cantidad de datos es un gran reto. Muchas instituciones no cuentan con los recursos informáticos locales y la infraestructura para apoyar proyectos de análisis a gran escala como éste. Debido al volumen de datos nació la idea de trasladar todo a la nube.
Muchos estudios a gran escala, han tenido un alcance limitado por la falta de poder de cómputo necesario, lo que es un verdadero obstáculo en el cumplimiento de las promesas de la medicina genómica. Una infraestructura como esta, agilizaría la investigación genómica en gran medida.
Sin embargo, los investigadores médicos se muestran renuentes al uso de los servicios en la nube, debido a las preocupaciones sobre la privacidad de los datos que están legalmente obligados a proteger. Sin duda este modelo será una prueba interesante para los servicios que utilizan la nube.
