La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria realizó un examen riguroso en animales y humanos, sobre el aspartame y sus productos de descomposición (fenilalanina, metanol y ácido aspártico). Llegando a la conclusión de que este edulcorante artificial es seguro para el consumo humano en los niveles actuales de ingesta diaria admisible.
Dicha autoridad afirma que esta opinión representa una de las evaluaciones de riesgo más completas sobre el aspartame jamás emprendidas, en materia de seguridad alimentaria y en la regulación de los aditivos alimenticios de la Unión Europea.
El aspartame es un edulcorante artificial, no sacárido, aproximadamente doscientas veces más dulce que el azúcar, y se ha añadido a los alimentos y bebidas en todo el mundo durante más de veinticinco años.
El aspartame o aspartamo, se encuentra en miles de productos, incluidos los alimentos de dieta, los refrescos y otras bebidas, yoghurts, chicles y otros alimentos bajos en calorías o para personas con diabetes.
Al igual que muchos aditivos, los reguladores de seguridad alimentaria han establecido niveles diarios de ingesta recomendados. Esto suele ser una estimación de la cantidad que una persona puede consumir cada día durante toda la vida sin poner en riesgo su salud.
En el Reino Unido, esta cantidad se fija en cuarenta miligramos por kilo de peso corporal, lo que equivale a dos mil ochocientos miligramos para un adulto promedio británico. En los Estados Unidos, el nivel de ingesta diario es ligeramente superior a cincuenta miligramos por kilogramo de peso.
Es importante señalar que los voceros de la asociación afirmaron que el aspartame no es seguro para las personas con fenilcetonuria. La fenilcetonuria es una enfermedad grave; se trata de un trastorno metabólico heredado que afecta a una de cada diez mil personas. Si no se trata, puede causar daños cerebrales graves.
Las personas con fenilcetonuria no pueden consumir con seguridad este edulcorante porque sus cuerpos no pueden metabolizar uno de sus productos de degradación: el aminoácido fenilalanina. En lugar de ello, se acumula en niveles peligrosos, y es particularmente tóxico para el feto en desarrollo en las mujeres embarazadas que sufren esta enfermedad. De hecho, muchos países exigen que los alimentos con aspartame sean etiquetados con la advertencia para las personas con fenilcetonuria.
