La Academia Americana de Pediatría ha emitido una nueva declaración de política instando a las mujeres embarazadas, los bebés y los niños pequeños a consumir sólo productos lácteos pasteurizados en lugar de leche sin pasteurizar y otros productos lácteos elaborados con ella.
Según los centros para el control y la prevención de enfermedades, la leche y los productos lácteos no pasteurizados pueden contener bacterias dañinas, virus y parásitos. Si se consume, los productos pueden causar malestar, diarrea, calambres de estómago y en casos más severos, fallo renal, parálisis e incluso la muerte.
El riesgo de enfermarse con leche cruda o productos lácteos es significativamente mayor para las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como los ancianos, las mujeres embarazadas, los bebés y los niños pequeños.
Los autores de la declaración, señalan que antes del desarrollo de la pasteurización, la leche de consumo fue una de las principales causas de enfermedad o muerte en la infancia, y muchos niños contrajeron la tuberculosis por beberla.
Aunque las investigaciones previas han demostrado que los rebaños de vacas son más saludables en la actualidad, en comparación con la época de pre-pasteurización; los autores dicen que estos rebaños portan otros organismos que pueden llevar infecciones bacterianas graves en mujeres embarazadas y niños.
Incluso los animales sanos en buenas instalaciones llevan algunos de estos organismos en sus ubres, también existe la posibilidad de que las bacterias estén en el entorno y contaminen la leche en algún momento.
Es importante señalar que el transporte interestatal y la venta de leche sin pasteurizar fue prohibida por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) en 1987. Sin embargo, esta ley no tiene ninguna influencia en los productos que se crean dentro de un cierto estado y que pueden ser vendidos dentro del mismo.
