Un estudio reciente ha descubierto que los niños que duermen más pueden comer menos calorías, lo que lleva a un menor peso corporal. Esto fortalece las teorías que vinculan el riesgo de obesidad con la falta de sueño.
Los investigadores de la Universidad Temple en Filadelfia, realizaron un estudio para examinar los efectos del sueño sobre los comportamientos alimenticios en los niños, mediante la manipulación de su tiempo de sueño.
Los hallazgos sugieren que un mayor tiempo de sueño en los niños de edad preescolar, podría tener implicaciones importantes para la prevención y el tratamiento de la obesidad.
Durante la primera semana, los niños dormían normalmente, pero la segunda y la tercera semana se asignó una hora aleatoria, en la que algunos dormían más tiempo durante la noche por una semana y menos en la siguiente, o viceversa.
Los niños fueron pesados e interrogados sobre los alimentos que consumieron durante el periodo de estudio. También se hicieron pruebas para medir los niveles de ayuno de la leptina, una hormona que regula el hambre y está estrechamente vinculada con la grasa corporal.
Los resultados mostraron que en comparación con la semana de sueño reducido, para la semana donde los niños dormían más, ellos consumieron un promedio de ciento treinta y cuatro calorías menos por día. También pesaban medio kilo menos y tuvieron niveles más bajos de leptina.
A pesar de que el papel potencial del sueño en la salud debe estudiarse más a fondo, no se puede ignorar la totalidad de los beneficios documentados para promover mejores hábitos de sueño entre niños y adultos.
