Los expertos en nutrición del Centro Médico de la Universidad de Texas, afirman que las sandías deberían tener un premio por ser un alimento tan benéfico.
Las sandías son un gran fruto capaz de ayudar a las personas a rehidratarse o refrescarse del calor del verano. Sin mencionar que en su mayoría este fruto está compuesto por agua, y puede comerse en rebanadas o prepararse como bebida.
A pesar de que su contenido sea principalmente agua, las sandías son en realidad una fuente de vitamina C (que proporciona protección frente a las deficiencias del sistema inmunológico) y vitamina A ( que promueve una buena visión).
La parte carnosa de la sandía, también es una importante fuente de fitoquímicos, en particular uno conocido como licopeno. El licopeno que también se encuentra en los tomates, es un nutriente que ha probado su eficacia contra enfermedades como el cáncer.
La mejor manera de almacenar las sandías podría ser fuera de la nevera, después de todo, un grupo de investigadores del Servicio de Investigación Agrícola en Estados Unidos, encontró que las sandías son mucho más nutritivas cuando se almacenan a temperatura ambiente en lugar de ser refrigeradas.
El mismo estudio reveló que las sandías almacenadas a temperatura ambiente, contienen el doble de niveles de beta-caroteno (un antioxidante y fuente de vitamina A) y un veinte por ciento más de licopeno, en comparación con las sandías almacenadas en una nevera. Es importante señalar que esto sólo funciona cuando la fruta no ha sido cortada todavía.
