Un equipo de científicos de la Universidad de California dirigido por Yvette Taché, se encontraba investigando sobre el papel de la hormona liberadora de corticotropina, esta es una hormona polipeptídica producida por la hipófisis, y es un neurotransmisor involucrado en la respuesta del cuerpo al estrés. Esta hormona actúa en varias partes del cuerpo, incluido el intestino.
En el intestino, el factor de liberación de corticotropina estimula una respuesta al estrés que incluye la motilidad colónica, la defecación y diarrea. Se ha comprobado que los altos niveles de ansiedad pueden agravar el síndrome del intestino irritable ¿Pero qué relación tiene todo esto con la pérdida de cabello?
Los investigadores inicialmente buscaban una forma de bloquear los altos niveles de la hormona corticotropina, en ratones de prueba modificados genéticamente. Por esta razón, se les inyectaba un péptido llamado astressin-B, cuyo objetivo era el de disminuir la producción de dicha hormona. Sin embargo, unos meses más tarde, el equipo de Taché, se dio cuenta que los ratones calvos utilizados en el experimento, tenían espaldas rebosantes de pelo.
Repitieron el experimento en varias ocasiones, sólo para comprobar que el exceso de esta hormona, atrofiaba los folículos pilosos, provocando la caída del pelo. Pero al bloquear su producción en el cuerpo, esa atrofia se revertía en los ratones, logrando con sólo cinco inyecciones, un crecimiento de pelo abundante durante cuatro meses.
Quizá estos sean los primeros pasos para descubrir una cura para la calvicie, no obstante, son muchos los factores que influyen en la pérdida del cabello además del estrés. En todo caso, aún es necesario demostrar si los efectos obtenidos en ratones, pueden reproducirse de igual forma en los seres humanos.
