Las personas que padecen diabetes, pueden tener complicaciones en sus pies y parte de sus piernas. Las úlceras o lesiones son una de ellas.
Los tratamientos para las úlceras del pie varían dependiendo de la gravedad de la herida. En general, el tratamiento emplea métodos para eliminar los tejidos muertos o residuos, mantienen limpia la herida y ayudan a facilitar su curación. Sin embargo, cuando la condición resulta en una severa pérdida de tejido o una infección potencialmente mortal, una amputación puede ser la única solución.
En estos casos, un cirujano extirpa el tejido dañado y preserva el tejido sano tanto como sea posible. Después de la cirugía, los pacientes permanecen bajo vigilancia durante varios días. El tiempo promedio para que la herida sane por completo lleva de cuatro a ocho semanas.
El plan de tratamiento puede incluir a varios especialistas de la salud, por ejemplo un endocrinólogo; estos médicos se especializan en el tratamiento de la diabetes y otros trastornos relacionados con las hormonas. Un fisioterapeuta es clave para recuperar la fuerza, el equilibrio y la coordinación. Si es el caso, también le mostrará al paciente cómo usar una extremidad artificial (prótesis), sillas de ruedas o cualquier otro dispositivo que ayude a mejorar su movilidad.
Un psicólogo suele ayudar a los pacientes a enfrentar sus propios sentimientos y/o expectativas relacionadas con la amputación, así como la confrontación con la reacción de otras personas.
Incluso después de la amputación, es importante seguir con el plan de tratamiento para la diabetes establecido por el médico, comer alimentos saludables, hacer ejercicio, estar al pendiente de los niveles de azúcar en la sangre, y evitar el consumo de tabaco o alcohol.
