¿Cómo nos afectan los pensamientos negativos?

Pensamientos negativos
Cuando nuestra mente parece estar enfocada en aquello que está mal, o en aquello que podría salir mal, hablamos de estrés. Esto quiere decir que el estrés se encuentra ligado a una interfaz entre los acontecimientos reales en nuestra vida y la manera en que los percibimos. Dicho de otro modo, al transformar nuestro diálogo interno, podemos abrir el camino para aumentar la resiliencia y lograr una mejor adaptación a nuestros problemas.

Sin embargo, la mayoría de las personas centra su atención de forma instintiva en las amenazas e imperfecciones. Cuando estas amenazas se traducen en temores, remordimientos o culpabilidad; se convierten en agujeros negros para nuestra atención. Este comportamiento tiene como consecuencia la disminución de nuestros pensamientos positivos.

Esto no sugiere que deban dejarse de lado los problemas y evitar pensar en ellos. No obstante, es esencial determinar cuándo el tiempo que le dedicamos a estos problemas se vuelve excesivo. Algunos ejercicios para evitarlo están centrados en recordar aquellas cosas con las que estamos agradecidos al despertar, esto funcionará como una alternativa a las cavilaciones negativas que suelen aparecer incluso antes de salir de la cama. Dedicar tiempo para apreciar los detalles positivos de las personas y cosas que percibimos también es una forma de estimular la parte del cerebro asociada con la alegría.

Como cualquier hábito nuevo, puede sentirse torpe y tedioso al principio, pero mantener la mente abierta, comenzará a darle espacio a otros sentimientos como la aceptación, el amor y el perdón. Las personas no pueden cambiar muchos aspectos de su trabajo por ejemplo, a pesar de ello, cada uno tiene la opción de controlar su percepción y en definitiva, sentir más alegría en su vida.

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