Descubre por qué es falso que la bulimia ayuda a perder peso

Bulimia gana peso
En muchas ocasiones, iniciar una dieta provoca el ciclo destructivo de atracones y purgas que caracteriza la bulimia. La ironía es que cuanto más estricta y rígida sea la dieta, es más probable que aumente la preocupación e incluso la obsesión por la comida. Dicho de otro modo, cuando una persona se muere de hambre, el cuerpo responde con fuertes antojos como una forma de exigir la nutrición necesaria.

A medida que la tensión, el hambre y el sentimiento de privación por la comida crecen, la compulsión por comer se vuelve demasiado poderosa como para resistirla, de manera que la persona termina comiendo un alimento que está ‘prohibido’, rompiendo así sus reglas dietéticas. Debido a esta mentalidad de todo o nada, cualquier descuido similar se considera como un fracaso total. Sin mencionar que una persona con bulimia, tiende a creer momentáneamente que una vez que cometido el error, puede iniciar un atracón de alimento.

Desafortunadamente, el alivio que trae ese atracón es extremadamente corto. Convirtiéndose rápidamente en culpabilidad y un sentimiento de autodesprecio; factores que detonan una serie de purgas para compensarlo y tratar de recuperar el control.

Por desgracia, la purga sólo refuerza los atracones. Es más, la persona tiende a convencerse antes de iniciar nuevamente su dieta, que es la última vez que los tendrá. No obstante, al mismo tiempo se dice a sí mismo que siempre puede vomitar o usar laxantes si pierde el control de nuevo. Iniciando un círculo vicioso.

Por si fuera poco, estas purgas no previenen el aumento de peso ya que no son una forma eficaz para deshacerse de las calorías, por lo que las personas que sufren de bulimia terminan ganando peso con el tiempo. Vomitar inmediatamente después de comer sólo eliminará el cincuenta por ciento de las calorías en el mejor de los casos. Esto se debe a que la absorción de calorías comienza en el momento de guardar los alimentos en la boca. En cambio, los laxantes y diuréticos son aún menos eficaces, ya que solamente se deshacen del diez por ciento de las calorías consumidas, mientras que los diuréticos no tienen efecto alguno.

Si en verdad se quiere perder peso, consultar a un médico o especialista es la solución. Al final del día, sólo una dieta saludable y el compromiso por tener una vida más sana para bajar de peso, son la verdadera respuesta.

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