Se ha encontrado que las personas en promedio, compran más refrescos o bebidas gaseosas cuando se ofrecen en paquetes de pequeñas porciones, que cuando se ofrecen de manera individual, sin importar su tamaño. El hallazgo procede de un estudio reciente publicado en el diario PLOS ONE, y fue realizado por un equipo de expertos, dirigidos por Brent Wilson, de la Universidad de California, en San Diego.
Las personas que consumen bebidas azucaradas con regularidad, son genéticamente más vulnerables a desarrollar obesidad o a padecer sobrepeso. La obesidad es un problema grave en los Estados Unidos; por esta razón en la ciudad de Nueva York se aprobó una medida que restringe la venta de bebidas azucaradas mayores de dieciséis onzas.
La restricción sin embargo, no impide que las bebidas de mayor tamaño se vendan como pequeños paquetes con bebidas más pequeñas. Esta no sería la primera vez que una medida destinada a mejorar los hábitos alimenticios, tenga como consecuencia aumentar el consumo de los alimentos que buscaba prohibir.
Los investigadores querían analizar qué efecto tenía limitar el tamaño de las bebidas, en relación con el consumo por parte de las personas. Para hacerlo ofrecieron tres menús diferentes a cien estudiantes que participaron en el estudio, y cuya edad promedio rondaba los veinte años.
Uno de los menús ofrecía bebidas individuales de dieciséis a treinta y dos onzas; el segundo menú ofrecía un paquete de dos bebidas de doce onzas o dos bebidas de dieciséis onzas respectivamente, el último menú, sólo ofrecía una bebida de dieciséis onzas.
Cuando los voluntarios hicieron sus elecciones, de la misma forma que lo harían en un restaurante de comida rápida, el paquete que más se adquirió fue el que contaba con dos bebidas de doce y dieciséis onzas, en lugar de aquellos que ofrecían bebidas individuales.
Después de observar las elecciones, los investigadores descubrieron que las ganancias totales se incrementan cuando los menús ofrecen paquetes de bebidas, en lugar de una sola bebida de menor tamaño. Esto deja entrever que las empresas pueden tener una fuerte motivación para ofrecer paquetes de muchas bebidas pequeñas, en lugar de porciones individuales únicamente.
Y no es para menos, cuando las bebidas azucaradas son la principal fuente de ingresos en un negocio, las empresas tratarán de ajustar sus menús con el fin de maximizar los beneficios. Al parecer la restricción que inicialmente buscaba evitar un consumo excesivo de estas bebidas, a largo plazo podría arrojar el efecto contrario.
