Conoce cuáles son los tratamientos contra la hemofilia

Para las personas con hemofilia, llevar una vida relativamente normal es posible gracias a algunos tratamientos y medicamentos. El tratamiento de la enfermedad, varía dependiendo de la severidad de la condición. Para la hemofilia leve A, el tratamiento puede implicar una inyección lenta de la hormona desmopresina, con el objetivo de estimular la liberación de más factores de coagulación para detener el sangrado. Ocasionalmente, la desmopresina se administra como un medicamento nasal. En los casos de hemofilia severa A o B, el sangrado puede detenerse sólo después de una infusión…

Ante los primeros signos de hemofilia, consulta a tu médico

En promedio, la hemofilia se diagnostica a los nueve meses y casi siempre hasta los dos años. En caso de que algún niño tenga un sangrado profuso que no pueda detenerse después de una lesión, lo más recomendable es llamar al número de emergencias local o acudir inmediatamente con un médico. Si los síntomas son menos graves, tales como uno varios moretones profundos causados por una lesión menor, habrá que consultar una cita con el médico, así será más sencillo canalizar el problema con un especialista en trastornos de coagulación…

Descubre un poco más sobre las complicaciones causadas por la hemofilia

En el padecimiento de la hemofilia, las complicaciones ocurren generalmente por dos causas: por la condición misma o debido a los tratamientos necesarios para combatirla. A continuación se mencionan algunas de esas complicaciones: La hemorragia interna profunda: La hemofilia puede causar un sangrado muscular profundo, esto provoca la inflamación de una o más extremidades. La hinchazón puede presionar los nervios y causar entumecimiento o dolor, provocando serias dificultades en la movilidad de los miembros afectados. El daño a las articulaciones: El sangrado interno también puede ejercer presión sobre las articulaciones…

Aprende a detectar la hemofilia en tus hijos, antes y después del embarazo

Los pacientes con hemofilia A o B tienen un defecto genético que resulta en la deficiencia de algún factor de coagulación en la sangre. Al comienzo, debido a su movilidad limitada, un bebé con hemofilia generalmente no tendrá muchos problemas relacionados con el padecimiento. Pero a medida que el bebé comience a moverse; cayendo o chocando con las cosas, las contusiones superficiales pueden ocurrir. Este sangrado en el tejido blando puede ser más frecuente mientras más activo sea el pequeño. Si existe un historial familiar de hemofilia, es recomendable que…