Aprende a detectar la hemofilia en tus hijos, antes y después del embarazo

Hemofilia embarazo
Los pacientes con hemofilia A o B tienen un defecto genético que resulta en la deficiencia de algún factor de coagulación en la sangre.

Al comienzo, debido a su movilidad limitada, un bebé con hemofilia generalmente no tendrá muchos problemas relacionados con el padecimiento. Pero a medida que el bebé comience a moverse; cayendo o chocando con las cosas, las contusiones superficiales pueden ocurrir. Este sangrado en el tejido blando puede ser más frecuente mientras más activo sea el pequeño.

Si existe un historial familiar de hemofilia, es recomendable que tanto las mujeres embarazadas, como aquellas que estén planeando un embarazo, hablen con su médico. Así podrán ser canalizadas con un médico especialista en genética o un especialista en trastornos de coagulación, que pueden ayudar a determinar si son portadoras de la enfermedad. En caso de serlo, es posible examinar al feto durante el embarazo para determinar si está afectado por el trastorno.

La primera señal de hemofilia, suele ocurrir durante la circuncisión de los hijos varones, cuando el sangrado tiende a prolongarse más de lo normal. En las niñas o los niños que no están circuncidados, es importante buscar la presencia de moretones, ya que la presencia de los mismos puede incrementarse a medida que los pequeños tengan mayor movilidad.

Cabe señalar que el primer episodio de sangrado se produce generalmente a los dos años, que es la edad en que los niños han comenzado a caminar y cuando el riesgo de heridas o caídas se incrementa. Si usted nota que su hijo tiende a lastimarse con facilidad, consulte a su médico.

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