La congelación de óvulos tiene varios pasos: la inducción de la ovulación, la extracción de los óvulos y la congelación.
La primera etapa comienza con el inicio del ciclo menstrual. Será en este momento cuando el tratamiento con hormonas sintéticas sea utilizado para estimular a los ovarios, para que produzcan óvulos múltiples (en lugar del único óvulo que se desarrolla con normalidad cada mes). Para esto podrían requerirse varios medicamentos diferentes.
Para estimular los ovarios, es posible inyectar medicamentos como la hormona foliculoestimulante o la gonadotropina menopáusica humana. Por otro lado, están los medicamentos para prevenir la ovulación prematura. Es posible inyectar un agonista de la hormona liberadora de la gonadotropina, o un antagonista de dicha hormona.
Durante el tratamiento, el médico puede usar la ecografía vaginal: este procedimiento utiliza ondas sonoras para crear una imagen del interior de los ovarios, con esto será capaz de monitorear el desarrollo de quistes en los ovarios llenos de líquido donde maduran los óvulos. Los análisis de sangre también se utilizarán para medir la respuesta a los medicamentos de estimulación ovárica. Cabe señalar que los niveles de estrógeno generalmente aumentan a medida que los folículos se desarrollan y los niveles de progesterona se mantienen bajos hasta después de la ovulación.
Cuando los folículos están listos para la extracción de óvulos (que suele ser después de ocho o catorce días), las inyecciones de gonadotropina coriónica humana u otros medicamentos pueden ayudar a los óvulos maduros.
La recolección de óvulos se realiza bajo anestesia; por lo general en el consultorio médico o en una clínica. El método más común es la aspiración asistida por una ecografía transvaginal. Durante este proceso una sonda de ultrasonido se inserta en la vagina para identificar los folículos. A continuación, una aguja será guiada a través de la vagina hacia el folículo, para que un dispositivo de succión conectado a la aguja sea usado para remover el óvulo. En cada sesión se pueden obtener múltiples óvulos en tan sólo treinta minutos.
Poco después de que se recolectan los óvulos, estos se enfrían a temperaturas bajo cero para detener toda la actividad biológica y para su conservación (un dato curioso es que los óvulos sin fertilizar son más difíciles de preservar que un embrión). Para garantizar el resultado, pueden emplearse crioprotectores, estas son sustancias que evitan que los óvulos formen cristales de hielo intracelulares, que son perjudiciales durante la congelación.
Otro método es el de la congelación programada, donde el uso de los crioprotectores ocurre de manera gradual y al tiempo que se congelan lentamente los óvulos. En cambio, la vitrificación es un método donde se utilizan grandes cantidades de crioprotectores y un enfriamiento tan rápido que los cristales de hielo intracelulares no tienen tiempo de formarse.
Después de la extracción es posible reanudar las actividades después de una semana. Evitando tener relaciones sexuales sin protección para prevenir un embarazo no deseado, y cuidando que no se presente un sangrado vaginal abundante, una fiebre alta, dolor abdominal intenso, dificultad para orinar, o un aumento de peso en menos de veinticuatro horas.
