El trastorno bipolar puede ser muy diferente en cada persona. Los síntomas varían ampliamente en su modelo, la gravedad, y la frecuencia. Algunas personas son más propensas a cualquiera de las dos (la manía o la depresión), mientras que otros alternan en partes iguales entre los dos tipos de episodios. Algunos tienen trastornos de humor frecuentes, mientras que otros sólo experimentan algunos durante toda la vida.
Hay cuatro episodios del estado de ánimo en el trastorno bipolar: manía, hipomanía, depresión y episodios mixtos. Cada tipo de episodio cuenta con su conjunto único de síntomas.
En la fase maníaca del trastorno bipolar, se encuentra presente una sensación de mayor energía, creatividad y euforia. Las personas que experimentan un episodio maníaco suelen hablar demasiado rápido, duermen muy poco y son hiperactivos. También pueden llegar a sentirse poderosos e invencibles o destinados a la grandeza.
Pero en tanto que la manía se siente bien al principio, tiene una tendencia a salirse de control. La gente a menudo actúa de forma temeraria durante un episodio maníaco: gastan o apuestan más allá de sus capacidades, sostienen actividades sexuales inapropiadas, entre otras cosas. También suelen mostrarse agresivos, enojados o irritables; culpando a cualquiera que critique su comportamiento. Algunas personas incluso se vuelven delirantes o empiezan a escuchar voces.
