Los aficionados de algún deporte pueden llegar a sentirse tan decepcionados por la derrota de su equipo favorito, que podrían llegar a compensarlo con la ingesta de comida chatarra. Al menos estos es lo que dice un grupo de investigadores de la Escuela de Negocios INSEAD, quienes analizaron el consumo de alimentos en los seguidores de la NFL durante dos temporadas de juegos, cada lunes, en más de dos docenas de ciudades.
Al parecer, los estudios previos habían demostrado que los resultados deportivos influyen en una forma de conducir más temeraria, en los ataques al corazón e incluso en la violencia doméstica. Pero nadie había examinado la forma en que estos influyen en los hábitos alimenticios.
Los datos también incluyeron a un grupo de control, conformado por las personas que no tienen un equipo de la NFL o cuyo equipo no jugó el día del estudio en particular. Los aficionados comieron un dieciséis por ciento más de grasas saturadas cuando su equipo perdía un juego, en comparación con su consumo habitual de alimentos en un lunes. Por otro lado los aficionados cuyo equipo ganó, consumieron nueve por ciento menos grasa saturada en comparación con su nivel de alimentación los lunes.
Los autores del estudio dijeron que la gente come más cuando su equipo de futbol gana y peor cuando su equipo pierde, sobre todo si han perdido de forma inesperada, por un estrecho margen o en contra de un equipo de igual fuerza.
Una de las posibles explicaciones es que los aficionados al deporte, pueden sentir una amenaza de identidad, cuando su equipo pierde y son más propensos a utilizar la comida como un método para enfrentarlo. En cambio, los aficionados de los equipos ganadores parecen tener un aumento en el autocontrol.
