A pesar de que una persona suspenda su consumo de alcohol, su tasa de alcoholemia puede seguir subiendo hasta por treinta o cuarenta minutos, lo que resulta en el empeoramiento de muchos síntomas si ya se ha consumido mucho.
Los siguientes signos y síntomas pueden indicar una progresión de la embriaguez a la intoxicación por alcohol: confusión, hipotermia, piel pálida o azulada, estupor (el individuo no responde aunque esté consciente, desmayos, un ritmo respiratorio lento o anormal y vómito.
En casos muy graves, la respiración puede detenerse por completo, aumentando el riesgo de un ataque al corazón, o bien se corre el riesgo de ahogarse en su propio vómito, inhalándolo por los pulmones y causando daños mortales. La hipotermia puede llegar a ser peligrosa, si el individuo pierde demasiado líquido, existe el riesgo de un daño cerebral. Por otro lado, cuando los niveles de glucosa en la sangre caen, esto propiciará la aparición de convulsiones.
Si la intoxicación por alcohol es extrema, el paciente puede entrar en coma y morir. La mejor forma de atender a una persona que está pasando por un envenenamiento por alcohol es llamar a una ambulancia y proveer la siguiente asistencia mientras la ayuda llega: mantener al individuo despierto, de preferencia sentado y no recostado. De ser posible, el paciente debe consumir agua para evitar la deshidratación extrema, es importante señalar que el café sólo empeoraría este problema.
Por ningún motivo debemos darle más alcohol a la víctima, ni permitirle caminar. Dependiendo de su nivel de alcohol en el torrente sanguíneo, la gravedad de los signos y síntomas, el personal médico sólo puede monitorearla hasta que los niveles de alcohol hayan disminuido. En algunos casos el estómago del paciente puede ser bombeado, para vaciar los fluidos en su interior a través de un tubo que baja por la boca o la nariz.
