Un estudio realizado por psiquiatras e investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, anunció el descubrimiento de una serie de biomarcadores de ARN en la sangre, que podrían utilizarse para desarrollar una prueba que ayude a predecir el riesgo de una persona a cometer suicidio.
Durante la investigación se analizó a un grupo de pacientes varones, durante tres años. Todos ellos habían sido diagnosticados con trastorno bipolar. A cada uno se le realizó una entrevista de base, seguida de tres visitas de prueba, también se les tomó una muestra de sangre cada tres y seis meses.
Para medir su grado de depresión se utilizó la Escala de Hamilton, esta escala incluye una calificación para las ideas o pensamientos suicidas, con la intención de determinar su nivel. Los investigadores analizaron la sangre de los participantes y notaron un cambio dramático entre la ausencia de pensamientos suicidas a la fuerte ideación suicida.
Dicho de otro modo, los resultados revelaron importantes diferencias genéticas entre los pacientes que experimentaron altos estados de pensamiento suicida y las personas con estados más bajos. Los investigadores notaron que el biomarcador SAT1 junto con otra serie de marcadores, eran una señal biológica fuertemente asociada con los pensamientos suicidas.
El suicidio es algo complejo, además de los problemas psiquiátricos y de adicciones que hacen a las personas más vulnerables, hay cuestiones existenciales relacionadas con la falta de satisfacción ante la vida, la falta de esperanza en el futuro y otros factores culturales que hacen que el suicidio parezca una opción.
En conclusión, los investigadores esperan que estos biomarcadores, junto con otras herramientas bajo su desarrollo, que incluyen pruebas neuropsicológicas y una lista de control sociodemográfico, ayudarán a identificar a aquellos que están en riesgo de suicidio. Dando lugar a la intervención y asesoramiento oportuno.
