Hay seis tipos principales de trastornos de ansiedad, cada uno con su propio perfil de síntomas:
Trastorno de ansiedad generalizada: En este trastorno, las preocupaciones y los temores constantes afectan las actividades diarias de quien lo padece. Sin mencionar que provoca una sensación persistente de que algo malo va a suceder. Las personas con el trastorno de ansiedad generalizada sienten una preocupación crónica, esta los mantiene ansiosos todo el tiempo incluso cuando no tienen una razón clara. Este problema puede llevar a síntomas físicos como el insomnio, el dolor de estómago, el cansancio y la fatiga.
El trastorno de pánico se caracteriza por repetidos ataques de pánico inesperados, provocados incluso por el temor a sufrir otro episodio. El trastorno de pánico también puede ir acompañado de agorafobia, que es el miedo a estar en lugares donde el escape o la ayuda están fuera de alcance. Las personas con agorafobia, tienden a evitar los lugares públicos como los centros comerciales y en algunos casos los espacios cerrados como el interior de un avión.
El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la presencia de pensamientos no deseados o comportamientos que parecen imposibles de detener o controlar. Cuando alguien padece de trastorno obsesivo compulsivo, es posible que tenga preocupaciones recurrentes, por ejemplo, la sensación de haber olvidado algo importante, o el temor de herir a otras personas. También puede sufrir de compulsiones incontrolables, tales como lavarse las manos una y otra vez.
La fobia es un miedo irreal o exagerado a un objeto en específico, una situación o actividad que en la vida real representa poco o ningún peligro. Las fobias más comunes son el miedo a los animales, como las serpientes, las arañas, el temor a volar o el miedo a las alturas. En el caso de una fobia severa, las personas pueden llegar a los extremos para evitar aquello a lo que le temen. Por desgracia, la evitación sólo fortalece la fobia.
El trastorno de ansiedad social, ocurre cuando la persona tiene un miedo exagerado a ser visto de forma negativa por los demás, o a ser humillado en público. Este trastorno puede ser considerado como la timidez extrema. En los casos graves, se evitan situaciones sociales por completo.
El trastorno de estrés postraumático se caracteriza por una ansiedad extrema que suele surgir a partir de un evento traumático o potencialmente mortal. Es equiparable a un ataque de pánico que difícilmente llega a ceder. Los síntomas incluyen pesadillas o recuerdos recurrentes sobre lo que ocurrió, alterarse con facilidad, evadir a otras personas y evitar situaciones que recuerden dicho evento.
